lunes, 30 de abril de 2012

El Libro de Malaquías


San Malaquías
Malaquías es un libro del Antiguo Testamento en la Biblia Cristiana y de la Tanaj en la religión judía, escrito por el profeta Malaquías. El libro de la colección de los Doce Profetas Menores y también el último libro de la Biblia Hebrea se atribuyen comúnmente a un profeta de nombre Malaquías. Aunque el apelativo Malaquías ha sido considerado generalmente como un nombre propio, su significado es, en hebreo, "mi mensajero" es decir el mensajero de Dios. Existe un debate sobre la identidad del autor del libro. En el Talmud se identifica a Malaquías con Mardoqueo y en el Tárgum de Jonathan o Tárgum de Jerusalén se le identifica con Esdrás. San Jerónimo opinaba que esto último era debido al hecho de que los judíos veían a Esdrás como un intermediario entre los Profetas y la Gran Sinagoga. No hay, sin embargo, ninguna evidencia que apoye esta tesis.

Algunos eruditos observan afinidades entre la segunda parte del Libro de Zacarías y el Libro de Malaquías. En efecto, Zacarías 9, Zacarías 12 y Malaquías 1, empiezan con las palabras "Oráculo. Palabra de Yahvé". Algunos eruditos mantienen que esta colección estaba formada originalmente por tres profecías independientes y anónimas. Dos de ellas fueron añadidas al Libro de Zacarías formando lo que ellos llaman el Deutero-Zacarías o Segundo Zacarías y la tercera profecía es el actual Libro de Malaquías. Por tanto el Libro de Malaquías sería la obra de un autor quien podía ser identificado por el título de Malaquías («mi mensajero»).

La actual división de los oráculos del Libro de los Profetas Menores en doce partes presenta un paralelismo con los doce hijos de Jacob que fueron los patriarcas de las doce tribus de Israel.

Nada se sabe de la biografía del autor del Libro de Malaquías aunque se ha sugerido que era un levita, lo cual es curioso teniendo en cuenta que Esdrás fue un sacerdote judío. Aunque la teoría de que Esdrás fue el autor del Libro de Malaquías es discutible, no hay ninguna otra teoría que sea dominante.

No hay muchos detalles históricos en el Libro de Malaquías. El más importante para fecharlo está en el uso de la palabra gobernador (pehâ) en el versículo 8 del Capítulo primero: "Y cuando presentáis para el sacrificio una res ciega, ¿no está mal? Y cuando presentáis una coja o enferma, ¿no está mal? Anda, ofrécesela a tu gobernador: ¿se pondrá contento o te acogerá con agrado?, dice Yahveh Sebaot." El Libro de Malaquías era conocido por el autor del Eclesiástico, quien menciona a los "doce profetas" en 49-10. Por estas razones y los temas del libro, la mayoría de los eruditos le asignan una fecha de composición en torno al 460 a. C., entre los libros de Ageo y Zacarías y un poco antes de que Nehemías llegara a Jerusalén en el 445 a. C.

El Libro de Malaquías trata directamente, y al parecer de primera mano, de los abusos en la gestión del recién restaurado Templo de Salomón. Por eso, fue escrito casi con absoluta certeza en Jerusalén. Se divide en tres capítulos en la Biblia Hebrea y en la Septuaginta, mientras que la Vulgata lo divide en cuatro.

Debe observarse que la mayoría de los eruditos consideran que el libro está compuesto de seis oráculos distintos. De acuerdo a este esquema, el Libro de Malaquías consiste en una serie de disputas entre Yahvé y los distintos grupos de la comunidad israelita.

El Libro de Malaquías recoge varios temas de otros libros del Antiguo Testamento. Malaquías recurre a la historia de la rivalidad entre Jacob y Esaú y a la elección de Jacob por Yahvéh contenida en el libro del Génesis. Malaquías recuerda a su audiencia que, como descendientes de Jacob, han sido y continúan siendo favorecidos por Dios como el Pueblo Elegido. 

En la segunda disputa Malaquías advierte a los sacerdotes que ofrecen sacrificios inaceptables recordando el Código Deuteronómico.

En la tercera disputa (relativa al divorcio y al repudio), el autor intenta probablemente que su argumento sea comprendido a dos niveles. Malaquías ataca la práctica de divorciarse de esposas judías en favor de las extranjeras (una práctica que Esdrás vehemente condenó) y alternativamente parece condenar la práctica de divorciarse de mujeres extranjeras ("La esposa de tu juventud") en favor de esposas judías (una práctica que Esdrás promovió). Malaquías parece inflexible con la idea de que la nacionalidad pueda ser una causa valida para terminar el matrimonio ("Pues yo odio el repudio, dice Yahvé Dios de Israel").

En la cuarta cuestión asegura que el juicio llegará en forma de un mensajero que es "fuego de fundidor y lejía de lavandero", Dios se hará presente y juzgará a los hechiceros, adúlteros, los que juran en falso, los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano y los que agravian al forastero.

En la quinta cuestión amonesta a los que defraudan en el pago del diezmo y ofrece al pueblo la posiblididad de enmendar su conducta y entonces Yahvéh "abrirá las esclusas del cielo y derramará la benéfica lluvia."

En la sexta cuestión, el pueblo de Israel manifiesta su desilusión. Malquías les hace decir: "Es inútil servir a Dios... Más bien hemos de felicitar a los arrogantes, que aun haciendo el mal prosperan y aun tentando a Dios escapan impunes". De nuevo Malaquías hace que Dios afirme que el malvado será castigado y el justo será recompensado.

En el Apéndice, a la luz de lo que Malaquías considera un juicio inminente, exhorta a su audiencia diciéndoles: "Recordad la ley de mi siervo Moisés y las normas y preceptos que le dí en el Horeb para todo Israel." Antes del día del Señor, Malaquías declara que Elías (quien ascendió a los Cielos en un carro de fuego) volverá a la Tierra para "reconciliar a los padres con los hijos, y los hijos con los padres."

Aunque la mayoría de los cristianos creen que las profecías mesiánicas del Libro de Malaquías se han cumplido con la vida, ministerio y resurrección de Jesús, la mayoría de los judíos esperan la venida del profeta Elías.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyos miembros son conocidos popularmente por el apelativo de Mormones, enseña que el profeta Elías se apareció a Joseph Smith, fundador de esa iglesia, el 3 de abril de 1.836, la Pascua de ese año, cumpliéndose así la profecía de Malaquías.

- Fuente: Wikipedia. La enciclopedia libre

domingo, 29 de abril de 2012

El Montanismo


El Montanismo fue un movimiento que se produjo en el interior de las comunidades cristianas primitivas, como un esfuerzo para revalidar las realidades pneumáticas y escatológicas de los primeros tiempos de la Iglesia Católica. Se trataba de un «movimiento reavivador», como sería llamado posteriormente. El conocimiento que se tiene de este movimiento se funda en el testimonio de los autores cristianos, como Eusebio de Cesarea, Epifanio, Clemente de Alejandría, Orígenes e Hipólito. De mayor importancia es, sin embargo, una fuente original en los escritos de Tertuliano, que se adhirió al Montanismo al final de su vida.

El origen de este movimiento se puede fijar entre los años 160 y 170 d.C. en Ardabau, Frigia; allí, un hombre llamado Montano se sintió transportado a estados de éxtasis durante los cuales profería advertencias proféticas. Luego se unieron a él dos mujeres, Prisca y Maximila, que también empezaron a profetizar. Montano y sus profetisas anunciaban el final inminente del mundo, ordenando a sus fieles que se reunieran en un lugar determinado para esperar allí el descenso de la Jerusalén celeste. Esta profecía fue acogida rápidamente en distintos estratos de la sociedad, organizándose en comunidades que realizaron una propaganda muy activa entre cristianos y paganos.

El Montanismo, a diferencia de la Gnosis y del Marcionismo, no pretendía anunciar una nueva doctrina sino más bien revalorizar ciertos elementos relativamente olvidados de la doctrina tradicional:
  • La Escatología, que caracterizaba a la doctrina montanista al afirmar que el fin de los tiempos se acercaba y que llegaría en un plazo muy breve, resurgiendo así la espera de la parusía tal como lo habían esperado las primeras generaciones cristianas. El Montanismo insistió en las prácticas ordinarias en la Iglesia de entonces: preparación al martirio, ayuno, xerofagia (abstención de alimentos húmedos), castidad dentro del matrimonio, prohibición de segundas nupcias, negativa a conceder el perdón a un cristiano bautizado incluso en el caso de que hiciera penitencia.
  • El Profetismo. Éste es el verdadero elemento dominante en el montanismo; sus promotores intentaron revivir el Profetismo Cristiano, que apenas existía en la época. No obstante, su concepción del Profetismo difería sustancialmente de la tradición primitiva, puesto que los profetas del Montanismo se consideraban como receptáculos de la divinidad: no eran ellos quienes hablaban, era el Espíritu quien hablaba por su boca. Así, Montano era un nuevo Paráclito que continuaba la revelación contenida en el Evangelio.

El movimiento se difundió rápidamente, y hacia el final del siglo II alcanzó su máxima expansión. En Oriente y especialmente en Asia Menor fue donde logró mayor importancia y donde persistió por más tiempo, subsistiendo hasta fines del siglo IV. También logró gran aceptación en Occidente, aunque más brevemente. Se encuentran rastros de este movimiento en el año 177 d.C. en Lyon, Francia. La Carta de los Mártires de Lyon a las iglesias de Asia y de Roma, por ejemplo, habla de la doctrina de Montano. También se encuentran evidencias de él en Roma y en África, donde, hacia el año 205 d.C., Tertuliano se adhirió oficialmente al movimiento. Posteriormente vuelve a reaparecer un movimiento similar con el Pentecostalismo.

- Fuente: Wikipedia. La enciclopedia libre

viernes, 27 de abril de 2012

Napoleón Bonaparte: Una Biografía Íntima


Estadista brillante, figura trágica exaltada por el Romanticismo, déspota y militar ambicioso al mando de grandes campañas expansionistas, Napoleón suscita el odio o la admiración, pero nunca la indiferencia. La simple mención de Waterloo y Austerlitz evoca amplios escenarios bélicos, victorias sublimes y derrotas devastadoras; el nombre de Santa Elena recuerda la soledad del héroe en cautiverio y su muerte en el abandono.

Napoleón, que se autodenominó «Hijo de la Revolución», sentó las bases de la estrategia de guerra convencional y fue autor del código que lleva su nombre y que propagó por toda Europa.

Vincent Cronin combina su indudable habilidad narrativa y una amplia y nueva documentación sobre el personaje para trazar un retrato psicológico y profundamente humano de ese gran estadista.

«Muchos autores han creído necesario fundir la vida de Napoleón con la corriente principal de la historia europea. Cronin se ha ocupado fundamentalmente del hombre y su vida, y quizá ése sea el motivo por el cual este libro parece tan fresco y vivido. Ya era hora de que un escritor de talento se enfrentara con el aspecto humano de ese gran personaje, y complace observar cómo Cronin ha aprovechado la oportunidad para elaborar un libro excelente.».

miércoles, 25 de abril de 2012

El Misterioso Número 11

Los terroristas islámicos atacaron las Torres Gemelas de Nueva York y la sede del Pentágono en Washington el 11 de septiembre de 2.001. Con esa fecha se han realizado muchas cavilaciones, ya que aparece un gran número de coincidencias, como veremos a continuación.

El número 11, simbólicamente, es un número considerado como «malo», especialmente para San Agustín. En la Kabbalah simboliza las fuerzas ocultas que no estaban bien encaminadas. Si se busca una relación entre el alfabeto occidental y este número, vemos que se corresponde con la letra K, una letra que entre los musulmanes tiene un doble significado, es K y KH, atributo de la divinidad, Kafi, «suficiente». Su valoración numérica no es 11, aunque su puesto en el orden alfabético si lo sea; curiosamente su valoración es 111. En el Tarot la carta número 11 es el arcano correspondiente a «La Fuerza», que está representado por un personaje femenino que domina al león o a la bestia feroz. Simboliza la inteligencia que somete a la fuerza bruta, la voluntad y la determinación. Es un arcano vinculado al elemento fuego, una carta con sus símbolos positivos y también negativos, como la fuerza, la impulsividad, la crueldad o el abuso de poder. Dentro del Zodiaco, sería Acuario el símbolo número once, un símbolo que representa la iluminación, que maneja las aguas de la creación y la destrucción del mundo, la muerte y la renovación cíclica. En el I Ching, la figura número 11 es Tchouen, «la dificultad», símbolo de un obstáculo inicial que parece resistirse u oponerse al movimiento ascendente. Puede reflejar la elección de un momento inoportuno para realizar una acción. Finalmente, en el alfabeto hebreo, su undécima letra es Kaph, que significa «hueco, palma de la mano».

Veamos otras similitudes y coincidencias referentes al 11 de septiembre:

  • Es indudable que las dos Torres Gemelas asemejaban juntas al número 11.
  • La fecha del ataque fue el 11/9 que sumado es 1+1+9=11.
  • El 11 de septiembre fue el día 254 del año, que sumado es 2+5+4=11.
  • Del 11 de septiembre al fin de año faltaban 111 días.
  • La palabra rascacielos (en inglés skayscrapers) tiene 11 letras.
  • El prefijo telefónico de Estados Unidos es 1 y el de Nueva York es 201; luego para llamar desde fuera de Nueva York hay que marcar el 1201 y 12-01=11.
  • El estado de Nueva York fue el estado número 11 en adherirse a la Unión Americana.
  • «New York City» tiene 11 letras.
  • Afghanistan tiene 11 letras.
  • Guerra Santa tiene 11 letras.
  • Guerra Sucia tiene 11 letras.
  • «The Pentagon» tiene 11 letras.
  • Colin Powell tiene 11 letras.
  • Mohamed Atta tiene 11 letras.
  • George W. Bush tiene 11 letras.

Indudablemente, si buscamos y rebuscamos, encontraremos muchas más coincidencias con el número 11. eso es algo lógico. Solo queda preguntarse, ¿Simple casualidad?, y más aún, ¿Existen las casualidades?

- Fuente: El Libro Negro del Islam, por Marcel Hassin

martes, 24 de abril de 2012

La Masonería y Napoleón Bonaparte


Napoleón Bonaparte
Para los historiadores que se afilian a la leyenda negra de la Masonería como sociedad secreta conspiradora, la historia de Napoleón Bonaparte, «Le Petit Cabroncete» que puso en jaque a toda Europa, es una de las preferidas, y nos la refieren como si se tratara de un cuento para niños. De nuevo es la Masonería, esa oscura sociedad secreta que nadie conoce, pero que todos saben de buena mano que existe porque hay mucho masón suelto por el mundo, la culpable de los logros de Napoleón y de toda su expansión. Pero también es la culpable, fíjense qué caso tan curioso éste, de su caída.

Ya no son los pueblos los que juegan la partida, ni los ejércitos los que luchan en los campos de batalla, ni la estrategia militar la que impone sus condiciones. Ya no juega un papel relevante el fanatismo, ni los orgullos nacionales, ni los intereses de unos y otros, ni la ambición de los corruptos, ni el hábil uso del erario público y las riquezas del país por parte de gente poco recomendable. Tampoco cuenta nada la aristocracia, ni el clero, ni la población que se echa al monte o a las calles y enfrenta a los invasores con los medios a su alcance. Según estos representantes del disparate histórico, es la Masonería, ¡los malditos masones!, los que movieron los hilos que propiciaron primero los triunfos y luego los desastres de Napoleón. Y para que nadie dude de las terribles venganzas de que son capaces estos individuos peligrosísimos, fueron también los masones quienes lo desterraron, primero a Elba y después, definitivamente, a Santa Elena. Pero veamos ya cómo transcurre esta interesante historia.

Se ha dicho que Napoleón fue iniciado en la masonería en una logia italiana hacia 1.798, pero no existen pruebas concluyentes de este hecho, afirmación que es aceptada mayoritariamente por casi todos los estudiosos. Lo que sí se sabe con seguridad, y de lo que nadie duda, es de que la mayoría de sus mariscales fueron masones, además de cuatro de sus hermanos, a los que Napoleón supo colocar en casillas estratégicas del mapa conquistado: a José lo hizo rey de España; a Luis, rey de Holanda; a Jerónimo, rey de Westfalia; y a Luciano, príncipe de Cannino.

¿Qué se colige de todo esto?, nos preguntan algunas mentes preclaras de la historia de la Humanidad. Pues que Napoleón quiso controlar la Masonería y la convirtió de hecho en un poderosísimo instrumento político para su expansión imperial. Era un matrimonio perfecto: los masones ayudan a Napoleón a conquistar Europa y el resto del mundo y, a cambio, los ejércitos napoleónicos llevan la Masonería a todas partes, la extienden como pólvora encendida. ¿Se dan ustedes cuenta? ¿Comprenden ahora hasta dónde llega la astucia masónica? Los masones, sinuosamente y siempre en secreto, prepararon el camino del emperador en todos los países a los que accedieron. ¿De qué modo? Creando logias en esos países, ganándose adeptos, integrando a lo mejor de cada casa en esta oscura trama,  precisamente a las élites, que así quedaban sometidas al poder del Imperio.

Hay una única verdad en todo esto, y es la siguiente: si entre el ejército de Napoleón había masones, es lógico pensar que las ideas de la Masonería se extendieran por los lugares conquistados. Lo que ya no es cierto, lo que es imposible que sea cierto, es que en aquella época, cuando la Masonería especulativa llevaba en activo todo un siglo, hubiera algún país europeo que no tuviera ya en su territorio logias masónicas ni atisbos de Masonería ninguna. Pero es necesario creer tal cosa, es decir, es fundamental pensar que existe un país puro, sin contaminación masónica alguna, si se quiere ensalzar la actuación heroica de ese país y seguir manteniendo la tesis de la conspiración. Y algunos historiadores no tienen el menor escrúpulo en falsear la memoria de un país con tal de seguir defendiendo el cuento para niños (los buenos buenísimos contra los malos malísimos) en que quieren convertir la Historia.

Así pues, pongamos un ejemplo. ¿Qué pasa con España? España fue un grano en el culo de Bonaparte. «La úlcera española», dejó dicho él en su "Memorial de Santa Elena". Eso fue España para Napoleón. Por tanto, como la actitud mayoritaria de los españoles fue de enfrentamiento y hasta de hostilidad hacia los invasores, y éstos eran precisamente los que traían las ideas masónicas, o eso quieren hacernos creer, entonces en España no había masones, no podía haber masones, no conviene que se sepa que había masones. ¿Masones en España? España no, España es pura, purísima, y aquí no se sabe nada de masonerías. De esta opinión es Don César Vidal, que en su libro "Los Masones" llega a afirmar que no hubo masones en todo el siglo XVIII español, e incluso que no los hubo en las Cortes de Cádiz de 1.812. Y bueno, no entraré a corregir tal equivocación histórica porque no es el momento. Como sin duda tal afirmación se debe a un descuido de Don César, yo le recomendaría que se leyera el magnífico ensayo de José María García León "La Masonería Gaditana", donde trata la cuestión desde sus orígenes hasta 1.833.

Como se comprenderá, si esto no fuera así toda la hipótesis de la conspiración masónica de Napoleón se vendría abajo. Sin embargo, los primeros datos que se conocen sobre la actuación de la Masonería en España datan de 1.728, con una logia fundada en Madrid. De no existir las logias en España, no hubiese sido necesaria su represión mediante decreto en 1.740, reinando entonces Felipe V, ni se hubiese insistido en ella en 1.751, bajo el reinado de Fernando VI. De modo que sí hubo masones españoles en el XVIII. Las prohibiciones, e incluso la represión, nunca consiguieron acabar del todo con la Masonería, que siguió actuando en riguroso secreto desde la clandestinidad. Lo que sí es cierto es que la Masonería española no despegó hasta el siglo XIX, aunque de forma intermitente, coincidiendo los periodos de florecimiento masónico con aquellos en los que había mayor libertad.

Retomemos ahora a Napoleón, a quien dejamos por tierras europeas, y cuya caída está próxima. Los historiadores serios consideran la trágica derrota de las tropas francesas en Rusia como el principio del fin de la hegemonía napoleónica. Tras esto, Europa se unió para combatirlo y, aunque Bonaparte aún lucharía con maestría, al final se impuso la superioridad de sus enemigos y acabaron venciéndole. Él quiso abdicar en su hijo y se lo negaron. No tuvo otro remedio que renunciar a sus propósitos y partió hacia la isla de Elba, cuyo gobierno le otorgaron, al igual que el derecho de conservar el título de Emperador. Esto ocurre en 1.814, pero en marzo de 1.815 protagoniza una escapada, llega a Francia y marcha sobre París tras vencer a las tropas que pretendían capturarle, iniciándose de este modo el periodo que se conoce como los «Cien Días». Lo que resta es la derrota en la Batalla de Waterloo durante la campaña de Bélgica y su destierro definitivo a Santa Elena, una pequeña isla en el Océano Atlántico, lo más alejada posible de Europa y donde moriría en 1.821.

Éstos son, sintetizados, los hechos históricos. Veamos ahora su leyenda negra. Hace falta un argumento para sostener la conspiración masónica. ¿Cuál es este argumento tan inquietante? Muy sencillo. Ya hemos comentado que la mayoría de sus mariscales eran masones; pues bien, como éstos se negaron en 1.814 a seguir combatiendo ante la inevitable derrota de sus ejércitos, en esta decisión encuentran algunos el foco de la conjura. Supuestamente, la Gran Logia de Francia, pese a que José Bonaparte era su Gran Maestre, le retiró su apoyo a Napoleón y ahí se acabó todo. Si además tenemos en cuenta que el general Wellington y el mariscal Blücher, los dos estrategas que lo vencieron, fueron masones en algún momento de sus vidas, la leyenda está servida.

- Fuente: Napoleón Bonaparte y la Masonería, en www.agustincelis.com

domingo, 22 de abril de 2012

El Nestorianismo


El Cristianismo Ortodoxo de dogma nestoriano, también conocido como Nestorianismo o Difisismo, es una doctrina que considera a Cristo radicalmente separado en dos naturalezas, una humana y una divina, completas ambas de modo tal que conforman dos entes independientes, dos personas unidas en Cristo, que es Dios y hombre al mismo tiempo, pero formado de dos personas distintas.

Enmarcado dentro de las llamadas «Disputas Cristológicas» que sacudieron al Cristianismo en los siglos III, IV y V, el Nestorianismo fue propuesto por el monje Nestorio, oriundo de Alejandría, una vez entronizado como obispo de Constantinopla. Esto le llevó a enfrentarse con Cirilo de Alejandría, obispo de dicha ciudad, que defendía la tesis de la unicidad entre la persona humana y la divina de Cristo. Principalmente, Nestorio sostenía que Cristo era un hombre en el que había ido a habitar Dios, escindiendo la persona divina de la persona humana.

Tanto los nestorianos como los partidarios de Cirilo fueron llamados al Concilio de Éfeso, en el año 431 d.C. La disputa se centró fundamentalmente en torno al título con el cual debía tratarse a María, si sólo Christotokos (madre de Cristo, es decir, de Jesús humano y mortal) como defendían los nestorianos, o además el de Theotokos (madre de Dios, o sea, también del Logos divino), como defendían los partidarios de Cirilo. Finalmente se adoptó como verdad de doctrina la propuesta por Cirilo, y se le concedió a María el título de Madre de Dios, y los nestorianos, o difisitas, fueron condenados como herejes.

Cabe destacar que esta discusión en cuanto al término Christotokos o Theotokos no tenía a María como centro de atención, sino que se enfocaba en la Cristología que suponía, es decir, si Cristo era dos naturalezas en dos personas, o dos naturalezas en una persona. El Nestorianismo refutaba el concepto de «Encarnación», que estaba en juego al discutir los términos griegos anteriores y abrazaba el concepto de cohabitación o yuxtaposición.

La doctrina nestoriana, que sigue las enseñanzas del exégeta Teodoro de Mopsuestia, insiste en el carácter distintivo de la divinidad y humanidad de Jesús, lo que mueve a los críticos de esta confesión a acusar a los nestorianos de creer que Cristo era dos personas distintas: el Hijo de Dios y el Hijo de María. Concretamente, Nestorio se oponía a que María fuera llamada Theotokos (Madre de Dios) porque le resultaba una incongruencia lógica y una blasfemia.

Los cristianos "nestorianos" fueron una genuina correa de transmisión del conocimiento científico y filosófico grecorromano (particularmente del Aristotelismo) a la entonces incipiente cultura islámica (luego desde el Islam este acervo de conocimiento volvió a Europa); en el periodo inicial de los grandes califas omeyas se destacaban familias de médicos (seguidores de las doctrinas científicas de Galeno) cristianos "nestorianos" curando a los califas y magnates.

A fines de siglo XIX e inicios de siglo XX las comunidades cristianas difisistas o "nestorianas" que mantenían más fuerte su doxología eran las ubicadas en el norte de Iraq y el Kurdistán. Durante la Primera Guerra Mundial y en tiempos de la Revolución Rusa, las fuerzas turcas llevaron a cabo una política de exterminio y "limpieza étnica" (la cual sufrieron asimismo los cristianos armenios y griegos) que padecieron los "nestorianos", el patriarca o Shimun debió refugiarse en Francia y luego en Estados Unidos mientras gran parte de la población cristiana "nestoriana" era exterminada.

Todavía en algunas apartadas regiones del Próximo Oriente es posible encontrar nestorianos. Por su parte, los nestorianos se propagaron por Asia Central, llegaron hasta China, y durante un tiempo influyeron en los mongoles, aunque finalmente éstos se decantaron por el Lamaísmo y abandonaron el Nestorianismo, lo que llevó a su extinción final en dichas regiones. Actualmente subsisten las iglesias nestorianas en la India, en Irak, Irán, China y en Estados Unidos y otros lugares donde han migrado comunidades cristianas de los países citados.

En la actualidad hay dos patriarcas (desde 1.976), uno de la Iglesia Asiria de Oriente reside en Morton Grove, Illinois, en Estados Unidos; y el otro de la Antigua Iglesia del Oriente, reside en Bagdad, Irak. Hay otras iglesias que tienen las mismas tradiciones, pero no están en comunión, como la Iglesia Católica del Oriente y la Metropolia Sirio-Caldeana de las Americas.

La mayoría de los nestorianos, cuyo número actual asciende a unas 500.000 personas, vive en Iraq, Siria e Irán, donde se les conoce por regla general como Asirios, soliendo autodenominarse Nasranim (nazarenos), este nombre es mantenido también en la India por la Iglesia Siria Malabar Nasrani.

La Iglesia Nestoriana tuvo un papel fundamental en la conservación de antiguos textos griegos que fueron traducidos al siríaco (una rama del arameo). Más tarde serían traducidos al árabe y (ya desde el siglo XIII) al latín.


- Fuente: Wikipedia. La enciclopedia libre

sábado, 21 de abril de 2012

El Arrianismo: ¿Herejía o Sentido Común?


El Arrianismo es definido como aquellas enseñanzas defendidas por Arrio (presbítero de Alejandría), así como por algunos de sus discípulos y simpatizantes, opuestas al dogma trinitario determinado en los dos primeros Concilios Ecuménicos y mantenido en la actualidad por la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa Oriental y la mayoría de las iglesias protestantes. Este término también se utiliza en ocasiones de forma inexacta para aludir genéricamente a aquellas doctrinas que niegan la divinidad de Jesucristo. Uno de los primeros, y probablemente el más importante punto del debate entre los cristianos de esa época, fue el tema de la divinidad de Cristo, que tuvo su origen cuando el emperador Constantino recurrió a la imposición del Cristianismo a la población romana para renovarlos moralmente. 

El Arrianismo fue condenado como herejía inicialmente en el Primer Concilio de Nicea en 325 d.C. y, tras varias alternativas en las que era sucesivamente admitido y rechazado, fue definitivamente declarado como herético en el Primer Concilio de Constantinopla en 381 d.C. No obstante, las luchas entre católicos y arrianos, se mantuvo en algunos de los reinos establecidos por los Godos en Europa tras la caída del Imperio Romano de Occidente. En el Reino Visigodo de Toledo pervivió hasta el III Concilio de Toledo (589 d.C.), durante el reinado de Recaredo I que se convirtió al Catolicismo y que conllevó a luchas en Hispania, dando lugar a que los visigodos arrianos facilitaran la entrada de los musulmanes, al mando de Tárik, a la peninsula ibérica .

Atanasio de Alejandría
Arrio sostenía que el Hijo fue la primera criatura creada por Dios antes del principio de los tiempos. Según el Arrianismo, este Hijo, que luego se encarnó en Jesús, fue un ser creado con atributos divinos, pero no era Dios en y por Sí mismo. Así, la naturaleza del Hijo era el problema más complejo de los primeros siglos del Cristianismo, como lo revelan las discusiones teológicas de la época. Esta controversia, conocida como las Disputas Cristológicas, segun las cuales Cristo había preexistido como Hijo de Dios ya antes de su encarnación en Jesús de Nazaret, y había descendido a la Tierra para redimir a los seres humanos, fue ganando adeptos con el paso del tiempo hasta convertirse en la creencia mayoritaria. Se discutió si en Cristo existía una naturaleza divina o una humana, o bien ambas, y si esto era así, se discutió la relación entre ambas: fundidas en una sola naturaleza, completamente separadas (Nestorianismo) o relacionadas de alguna manera.

Finalmente, en el Primer Concilio de Nicea del año 325 d.C., la cerrada defensa de la naturaleza divina del Hijo de Dios hecha por Atanasio de Alejandría consiguió el destierro de Arrio. Sin embargo, cuando éste fue perdonado en el año 336 d.C., murió en misteriosas circunstancias (probablemente envenenado). La disputa entre partidarios de la Trinidad, arrianos y los llamados "semiarrianos" iba a durar durante todo el siglo IV, llegando incluso a haber emperadores arrianos (el propio Constantino I el Grande fue bautizado en su lecho de muerte por el obispo arriano Eusebio de Nicomedia). Después del Concilio de Constantinopla del año 381 d.C., el Arrianismo fue definitivamente condenado y considerado como herejía en el mundo católico. No obstante, se mantuvo como religión de algunos pueblos germánicos hasta el siglo VI, cuando Recaredo I, rey de los visigodos, se bautizó como católico en el año 587 d.C. e impuso el Catolicismo como religión oficial de su reino dos años después con la lucha y oposición de los visigodos arrianos, tras el III Concilio de Toledo en 589 d.C. 

Ignacio Olagüe Videla en "La Revolución Islámica en Occidente" (1.974) demuestra que el Arrianismo y, en menor medida, el Paganismo o el Gnosticismo, no desaparecieron de España con la conversión de Recaredo. En Italia, las supervivencias arrianas en el Reino Lombardo persistieron hasta muy avanzado el siglo VII y el rey Grimoaldo (662-671) puede considerarse como el último monarca arriano del Reino (y de Europa).

Tras la celebración en 325 d.C. del Concilio de Nicea, resurgió con fuerza en la propia Constantinopla la idea de Arrianismo gracias al apoyo de su obispo, Eusebio de Nicomedia, quien logró convencer a los sucesores del emperador Constantino para que lo apoyaran y rechazaran la línea ortodoxa aprobada en Nicea, sustituyendo a los obispos nicenos por obispos arrianos en las sedes episcopales de Oriente.

A pesar de que el Arrianismo como tal fue exterminado, se considera continuadores de ciertos aspectos del arrianismo a varias comunidades religiosas. Así, la cristología de los Testigos de Jehová guarda algunas pocas similitudes con el Arrianismo, en el sentido que ambas consideran a Jesús como el unigénito del Dios Padre, y no como Dios mismo. Los Socinianos, una denominación nacida luego de la Reforma Protestante en Polonia, no cree en el aspecto de Jesús Dios, por lo que en alguna medida podrían ser considerados herederos del Arrianismo; mientras que teologías actuales surgidas en la Iglesia Católica son acusadas de reproducir esquemas arrianos, con una presentación no cristológica de Jesús. Acusaciones recientes al teólogo José Antonio Pagola por lo expuesto en su libro "Jesús, Aproximación Histórica" (2.007) por parte del entonces obispo de Tarazona y hoy obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, dan idea de que la herejía (desde el punto de vista católico), sigue en la mente de la Iglesia. Por lo general, se cree que determinadas nuevas eclesiologías combinan la teología liberacionista con el nuevo Arrianismo científico, surgido de determinadas corrientes historicistas en la investigación bíblica. Pero no hay una voz oficial ni única sobre este tema.

- Fuente: Wikipedia. La enciclopedia libre

jueves, 19 de abril de 2012

Templarios, Francmasones y Rosacruces. Relación con el Sufismo

Existe una supuesta relación entre la Francmasonería y los Templarios, ya que esta institución se inspiró, según algunas fuentes masónicas, en órdenes templarias de antiguos caballeros, como fue concretamente la Orden del Temple. Pero, los Templarios se inspiraron a su vez en sectas iniciáticas islámicas de carácter esotérico. Hay que recordar en este punto, que la mayor parte de los alquimistas europeos, por no decir todos, pertenecían a alguna orden francmasónica o rosacruz.

Aún en nuestros días, a los occidentales nos cuesta mucho admitir que la mayor parte del conocimiento, especialmente el esotérico, nos llegó a través de contactos con el Islam.

La Masonería siempre ha estado vinculada directamente con el Templo de Salomón, de donde viene el término «Arte Real», aunque otra importante vinculación se centra en la herencia de la Orden del Temple, ya que se consideró un francmasón ilustre a Joseph de Maistres, cabeza de dicha orden.

En cuanto a la vinculación de la Masonería con los Rosacruces, existe una leyenda que habla de un viaje de Christian Rosenkreuz, el supuesto fundador de la Orden Rosacruz, a Damasco, Egipto y Fez; en la que se encuentran importantes connotaciones con la orden derviche de Abdul-Qadil el Jilani, cuyo fundador es conocido con el nombre de «Rosa de Bagdad», y donde los sufíes utilizan el término war para designar la rosa y «SLB» para dar significado a la cruz.

La leyenda de Rosenkreuz no es lo suficientemente fiable para incidir en ella como tema de referencia, pero si lo es Manú, nacido cerca de Bagdad en el año 214 d.C., sabio iraquí introducido en una secta mística y autor de varios libros en los que encontramos enseñanzas de un dualismo gnóstico y cosmológico. En sus obras habla de iniciados y de unos «elegidos iluminados»; también llamaba a Jesús «el Hijo de la Viuda», palabras de las que mas tarde se apoderaría la Francmasonería.

Sir Richard Burton, traductor de Las Mil y Una Noches, masón y sufí, es quien afirma que «[...] el sufismo es el pariente oriental de la Francmasonería»; y Robert Graves, autor de Yo Claudio, entre otras obras; detalla que «los sufíes forman una antigua Masonería espiritual cuyos orígenes nunca han podido ser averiguados ni datados.» Para Robert Graves la Masonería tuvo como origen una sociedad sufí, y fue introducida en Escocia bajo el disfraz de un gremio de artesanos a principios del siglo XIV, gracias sin duda a los Caballeros Templarios. Para los sufíes contemporáneos, los masones tomaron su nombre y esquema de la organización de la Orden Babawin o Constructores, cuyo Gran Maestro fue Hassan al Bana, en el siglo XVI en Egipto. Ya Bernard Springett --en Sectas Secretas en Siria, citando Una Historia Abreviada de los Assessinos, de Ameer Alí--, explica que «[...] los diferentes grados adoptados en la logia La Morada de la Sabiduría, en El Cairo, forman un registro de muchísimo valor en la Francmasonería. De hecho, la logia en El Cairo se convirtió en un modelo de todas las logias creadas posteriormente en la cristiandad.»

Robert Graves advierte que existe entre los masones cierta tradición relativa a un origen artesano y sarraceno, y Haydn cita a los historiadores masónicos indicando: «Se dice que arquitectos de la costa africana, de religión mahometana, lo llevaron a España hacia el siglo IX.»

Idries Shah Sayed explica que los tres instrumentos de trabajo de los masones, son tres posiciones para la oración. «Buiz» o «Boaz» y «Salomón», honrados por los masones como constructores del Templo de Salomón, no fueron súbditos israelitas, sino arquitectos sufíes de Abdel-Malik.

- Fuente: El Libro Negro del Islam, por Marcel Hassin

miércoles, 18 de abril de 2012

¿Qué es y qué significados tiene el Nimbo en distintas culturas?


El Nimbo es una especie de círculo o disco luminoso que rodea la cabeza de algunas imágenes. Para los cristianos, este círculo es reflejo de la Gloria Celestial. Sin embrago, el Nimbo, Halo o Aureola es un dibujo que data del Neolítico. Así, vemos muchas pinturas rupestres en Europa y Asia donde el Nimbo está presente, en algunos casos con rayos que salen de su círculo para representar un resplandor. 

¿Qué significaba el Nimbo para los primitivos pintores neolíticos? Sin duda, un estado modificado de conciencia que experimentaba la persona de la imagen, una iluminación, una apertura de la mente. Muchos antropólogos están seguros de que se trataba de estados modificados de conciencia producidos por la ingestión de algun enteógeno (setas alucinógenas o plantas psicoativas). La realidad es que estas pinturas con halos se llegan a encontrar incluso en el sur de Argelia, en el macizo de Tassili. Incluso el  Buda de Borodubur, en Java, tiene su Nimbo; y la divinidad solar de Palmira, en los relieves en piedra de Persia que datan del siglo I d.C.

La representación del Nimbo no tenía antiguamente un origen cristiano, ya que los paganos la usaban para adornar a sus dioses. También aparece entre las pinturas egipcias que luego pasaron a los griegos y romanos.

El Nimbo no sólo se utilizaba para los santos cristianos, sino que también lo utilizaban otros personajes ilustres antiguos. Trajano lo lleva en el bajorelieve del Arco de Constantino y Antonio el Piadoso en el reverso de una de sus medallas.

Los artistas cristianos lo consideraban, inicialmente, como un simple adorno y lo colocaban en casi todas las imágenes, incluso en las de los ángeles y, por supuesto, en las de los emperadores romanos.

El Nimbo llegó a ser uno de los atributos de la dignidad real. Incluso había diferentes colores que expresaban conceptos diferentes. así, el rojo y verde daba una idea de dignidad; y el color oro expresaba la luz.

Los Nimbos aparecen en pinturas, en mosaicos en el fondo de vasos del siglo III, etc. Más tarde, el Nimbo apareció con monogramas, especialmente cuando se referían a Jesús; existiendo con la imagen de Jesús Nimbos anteriores a Constantino. También se han dibujado Nimbos en pájaros simbólicos, como es el caso de la paloma que representa al Espíritu Santo.

En la tradición cristiana existen tres clases de Nimbo:
  • Si sólo rodea la frente o la parte superior de la cabeza se llama Aureola.
  • Si en el círculo se inscribe una cruz de brazos iguales, se llama Nimbo Crucífero; siendo propio exclusivamente de una persona divina.
  • Si el Nimbo tiene forma de triángulo, se denomina Nimbo Triangular, que es exclusivo de la persona del Padre.

En algunas escuelas regionales de pintura se usó en la Edad Media el Nimbo Poligonal, reservado para personajes del Antiguo Testamento.

Desde el siglo VII, se generaliza el uso del Nimbo para todos los santos pero aún se conserva para otros personajes hasta el siglo XII, según se aprecia en miniaturas de algunos códices en marfiles y mosaicos. En el caso de los santos cristianos, el Nimbo que rodea la cabeza simboliza la Luz Divina que alcanza el entendimiento del Hombre, el cual la irradiará a su alrededor.

En la iconografía tántrica del Budismo Tibetano, el cuerpo de los Buddhas y los Bodhisattvas aparece con un Doble Nimbo: uno en torno a la cabeza (como es usual en el arte cristiano) y otro mayor aureolando el cuerpo sentado sobre la Flor de Loto.

¿Por qué el Nimbo o Aureola aparece en distintas culturas, en distintos continentes y en distintas épocas miles de años antes de Cristo? Además, está presente entre los egipcios, en las tribus Celtas, entre los indígenas de Norteamérica y Sudamérica, etc... ¿O eran escafandras o cascos de astronauta?... ¿Por eso los extraterrestres eran considerados "Dioses" y los representaban con cascos transparentes?

martes, 17 de abril de 2012

El Poder de la Religión


“El condicionamiento de las mentes desde la infancia, a través del adoctrinamiento transmitido por una enseñanza dominada por sacerdotes, imanes o rabinos, hace creer a las personas nacidas en entornos cristianos, musulmanes o judíos -generalmente sin ocasión, tiempo, ni medios para plantearse una profunda investigación propia- que las historias "sagradas" que les cuentan son verídicas, cuando en realidad no son sino copias de mitos arcaicos surgidos en culturas primitivas (Mesopotamia, Egipto, Persia, India, los mitos griegos, etc.), retocados sin cesar para que puedan ser asumidos por personas contemporáneas.

Siempre ha sido crucial para los poderosos inculcar ideas religiosas en el pueblo, como eficaz mecanismo de control social, por la resignación y sumisión que fomentan entre los desfavorecidos y porque "legitima" y justifica al poder (“Rey -o Caudillo- por la Gracia de Dios”…). El pueblo ingenuo ha aceptado siempre la visión simplista que del mundo ofrecen las religiones, porque se le ha cercenado el espíritu crítico y nunca se le ha preparado para afrontar las grandes preguntas de la vida... Pero ninguna religión ha hecho ni mejores ni más felices a los hombres. Porque a través de la mentira, la manipulación, la ignorancia o el error, malamente se puede arribar a buen puerto… Pero es previsible que habrá quien prefiera vivir engañado (es más cómodo), aun a costa de diferir la justicia y la felicidad personal a esa prometida vida de ultratumba, ante la que las Iglesias tienen la absoluta certeza de que jamás van a venirles reclamaciones. Sencillamente, porque no hay el menor indicio de que exista.” (Anónimo)


lunes, 16 de abril de 2012

La Puta de Babilonia, por Fernando Vallejo


"La Puta de Babilonia" es un ensayo histórico y académico sobre la Iglesia Católica, del escritor colombiano con pasaporte mexicano Fernando Vallejo. La obra fue presentada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y publicada por Editorial Planeta Mexicana, S.A. en el año 2.007.

Obra ubicada en el panorama de los estudios sobre la fe dogmática cristiana contemporánea y de los últimos mil setecientos años, "La Puta de Babilonia" da cuenta, en 317 páginas y sin división en capítulos, de los procedimientos de la Iglesia Católica en el supuesto derramamiento de la sangre de humanos y en el atropello a los animales, cuya defensa es la única causa de Vallejo. En "La Puta de Babilonia", Vallejo agrieta y desmitifica los pilares de esta institución, que a lo largo de toda la obra es denominada «La Puta».

Una declaración ilustrativa del contenido de este libro fue realizada por José Saramago en una entrevista. Saramago, al responder sobre las polémicas en las que estuvo involucrado con el lanzamiento del libro "Caín" en 2.009, y sobre si el lanzamiento de un libro como éste podría causar controversia en España, dijo: "No, en España, no. Allí apareció recientemente un libro de Fernando Vallejo, "La Puta de Babilonia", el cual, de haber sido yo quien lo escribiera aquí en Portugal, ya me tendrían en la picota pública, colgando de un poste de avenida. Es de una denuncia cáustica y de auténtica crítica demoledora".

Si bien el libro no está dividido en capítulos, se pueden distinguir temas como los siguientes:

  • Los grandes crímenes de la Iglesia Católica, y los pecados de los Papas
  • Dudas históricas del Nuevo Testamento y contradicciones de los Evangelios, dudas de la existencia de Jesucristo
  • Homosexualismo en el Antiguo Testamento. David: el «rey marica»

  • Códice Sinaítico y Códice Alejandrino. Copias más antiguas del Nuevo Testamento y papiros originales
  • Impostura en y sobre las Epístolas de San Pablo
  • Año del nacimiento de Cristo. Reemplazo equivocado de Dionisio «El Exiguo» de la cronología romana por la cronología cristiana
  • Pruebas de la inexistencia histórica de Cristo
  • Posible escritura de los cuatro Evangelios hacia el 163 (muerte de Justino Mártir)
  • Principios dudosos, esclavistas, misóginos, y violentos de la Biblia
  • Contradicciones entre los Evangelios; inexactitudes
  • Los Evangelios Apócrifos
  • Contradicciones del Antiguo Testamento y comparación con el Islam
  • Actos de opresión de ideas contrarias al Catolicismo
  • Historia reciente del Papado
  • Finanzas del Papado, apariciones de la Vírgen de Lourdes y Fátima; escándalos y lavado de activos de la Banca Vaticana
  • Sacerdotes pederastas, encubrimiento e indemnizaciones
  • Escándalos de la iglesia en México
  • Crímenes de Mahoma y el Islam
  • Análisis lingüístico de la Biblia, imprecisiones de las lenguas
  • Argumentos y contra-argumentos de la existencia de Dios y Jesús
  • Enriquecimiento de la Iglesia, persecución a los que critican esta riqueza, cobro por indulgencias
  • Guerras de religión, crímenes de Católicos y Protestantes
  • Los Papas de los siglos XIX y XX
  • De cómo Ratzinger se montó al Papado calculadoramente

sábado, 14 de abril de 2012

Isis y el Culto a la Feminidad


Isis es el nombre griego de una diosa de la mitología egipcia. Su nombre egipcio era Ast, que significa "trono". Fue denominada "Gran Maga", "Gran Diosa Madre", "Reina de los Dioses", "Fuerza Fecundadora de la Naturaleza", "Diosa de la Maternidad y del Nacimiento". Isis era representada como mujer con el jeroglífico del "trono" Ast sobre su cabeza. Otras veces está sentada, ostentando un tocado con el disco solar, por ser hija de Ra, el dios Solar. Podemos verla igualmente con alas de milano, abriendo sus brazos para bendecir a sus devotos e hijos, simbolizando su maternidad; con forma de diosa árbol, amamantando al faraón. En su versión antropomorfa, Isis era representada como una mujer que llevaba un ajustado vestido, coronada con el "trono" anteriormente descrito. En la cosmogonía heliopolitana sus padres eran Geb y Nut. Era más prominente mitológicamente como la esposa y hermana de Osiris y la madre de Horus y fue venerada como la esposa y la madre arquetípica. 

Plutarco escribió un relato narrando la historia de Isis:

Relieve de Isis
"Osiris, hermano y esposo de Isis, reinaba en el antiguo Egipto con paz, armonía y sabiduría. El Nilo fertilizaba la tierra y las cosechas eran abundantes. Sus súbditos eran felices. Un día, Osiris salió de viaje para conocer otras civilizaciones y dejó el reino bajo el mando de su esposa Isis. Seth, su envidioso hermano, se sintió humillado pues creía que él debería gobernar y no Isis. Cuando el dios Osiris volvió, Seth quiso hacer una gran fiesta de bienvenida y lanzó un desafío a los invitados: aquél que entrase en el cofre que Seth había traído, éste se lo regalaba como prueba de fidelidad y respeto. Muchos intentaron pero el cofre resultaba pequeño o grande. Osiris, curioso, quiso probar y le encajó perfectamente bien. Seth sabía el tamaño del hermano y era por esto que el cofre le había servido como un guante. Inmediatamente el hermano, junto con 72 cómplices, cerraron la caja de metal herméticamente y la arrojaron al Nilo. Isis, con amor y confianza, empezó su travesía para recuperar el cuerpo de su esposo. Después de largas y penosas caminatas por Egipto, la diosa encontró el cofre con los restos de Osiris. Pero el drama continuó cuando Seth, en su maldad sin fin, robó el cadáver y lo cortó en catorce pedazos que, nuevamente, esparció por todo el reino. Isis no se rindió y, en compañía de su hermana Neftis, la esposa de Seth, recorrió cada lugar del reino. Finalmente consiguieron encontrar todos los pedazos con excepción del pene. Sin embargo, Isis reconstruyó a Osiris ayudada por Anubis y Neftis, e impregnada de él concibió a Horus niño "Harpócrates", quien posteriormente vengaría a su padre luchando contra Seth."

Poca información ha sobrevivido sobre los rituales egipcios de Isis. Sin embargo, es claro que fueron tanto iniciados sacerdotes como sacerdotisas, quienes oficiaron los rituales de su culto a lo largo del tiempo. En la época greco-romana, muchos de ellos eran curanderos, y se decía que muchos otros tenían poderes especiales, incluyendo la interpretación de los sueños y la capacidad de controlar el tiempo atmosférico, mediante el trenzado del cabello o por no peinarse. Se pensaba esto último, porque los egipcios consideraban que los nudos tenían poderes mágicos.

El origen del culto a Isis es incierto, pero se estima que provino del Delta del Nilo. Las primeras menciones de Isis datan de la Dinastía V de Egipto, en la cual se encuentran las primeras inscripciones literarias, pero su culto se hizo prominente más tarde en la historia egipcia, cuando se empezaron a absorber y sincretizar los cultos de otras diosas. Con el tiempo se expandió fuera de Egipto, en el Oriente Próximo y el Imperio Romano, con la construcción de templos lejanos dedicados a ella, como en las Islas Británicas. Hasta el siglo VI se pudieron encontrar rastros de su adoración en la Europa cristiana.

El templo más importante dedicado a Isis y su último lugar de culto, estaba en la isla de File. Construido en varias fases desde c. 380 a. C. al 100 d. C., fue ordenado finalmente su cierre por el emperador Justiniano I en el año 550. En Dendera era expuesta anualmente en un quiosco del templo de Hathor, a los rayos del Sol, para regenerarse. Otro templo de Isis importante se encontraba en Behbeit el-Hagar. En Guiza fue venerada como "Señora de las pirámides". Fuera de Egipto, su culto se propagó por todos los pueblos del Mediterráneo, resistiendo la expansión del Cristianismo durante el Imperio Romano hasta que fue prohibido en tiempos de Justiniano I, en el año 535. Se encuentran templos en otras partes de África, como en Libia, Túnez y Sudán; en el Oriente Medio, Jordania, Turquía y Líbano y en Grecia (Templo de Isis en Delos) , Italia (Templo de Isis en Pompeya), Francia, Alemania (Santuario de Isis y de Mater Magna en Maguncia) y España (Templo de Isis en Baelo Claudia).

Después de la conquista de Egipto por Alejandro Magno, el culto de Isis se extendió por todo el mundo greco-romano. Tácito escribió que después del asesinato de Julio César, se decretó erigir un templo en honor de Isis pero Augusto lo detuvo y trató de convertir de nuevo a los romanos a las creencias de los dioses romanos que estaban asociados estrechamente con el Estado. Finalmente, el emperador romano Calígula abandonaría la cautela de Augusto hacia lo que fue descrito como cultos orientales, y fue durante su reinado cuando se estableció en Roma la fiesta de Isis. Según Josefo, Calígula se puso un ropaje femenino y participó en los misterios que él mismo instituyó. En la época helenística, Isis adquirió un "nuevo rango como una diosa principal del mundo mediterráneo". Vespasiano, junto con Tito, practicaban incubaciones en el Iseum romano. Domiciano construyó otro Iseum junto a un Serapeum. Trajano aparece delante de Isis y Horus, presentándoles votivas ofrendas de vino, en un bajo relieve, en su arco triunfal de Roma. Adriano decoró su villa de Tívoli con escenas isíacas. Galerio consideraba a Isis como su protectora. La visión romana sobre sus cultos era sincrética, contemplando a sus nuevas deidades, con aspectos meramente locales de otros más familiares. Para muchos romanos, la egipcia Isis era un aspecto de la frigia Cibeles, cuyos ritos orgiásticos fueron al final, naturalizados en Roma, llegando a ser conocida como "Isis de los diez mil nombres".

El culto de Isis tuvo una influencia considerable sobre el de la Virgen María. Isis también fue el modelo para todas las reinas de Egipto, que eran conocidas como "Hija de Dios", "Gran esposa del rey" y "Madre de Dios". Las imágenes coptas (católicas) heredaron esta concepción de la diosa (Isis), dando origen a representaciones posteriores de Maria Lactans (María que da de lactar).

Los estudiosos han hecho comparaciones con el culto a Isis a finales de la época romana y el culto a la Virgen María. Después de que la religión católica ganó popularidad y comenzó a dispersarse por Europa y luego en Roma, los católicos convirtieron el santuario de Isis en Egipto en una Iglesia en honor a María así como de manera deliberada tomaron imágenes del mundo pagano y las utilizaron.

El historiador Will Durant escribió que "Los primeros católicos a veces rendían honores, a las estatuas de Isis amamantando al niño Horus, viendo en ello un rito antiguo y noble acerca de como por medio de la mujer (es decir, el principio femenino), se crearon todas las cosas, que finalmente se convirtió en la Madre de Dios." Horus, en este aspecto juvenil, fue llamado Harpócrates por los griegos. A pesar de que a la Virgen María se le venera en el catolicismo y la Iglesia Ortodoxa, su papel como una figura de la madre misericordiosa tiene paralelos con la figura de Isis.

- Fuente: Wikipedia. La enciclopedia libre

viernes, 13 de abril de 2012

El Misterio del Caballero Verde

El Domo de la Roca
En la tradición sufí, el manto del «Enviado» de Alá es de color verde. Este color es empleado de forma muy restrictiva en la cultura árabe, ya que, ante todo, hace referencia a un contenido espiritual y esotérico de gran importancia. La tradición árabe afirma que bajo el manto verde de Alá se cobijaban, cuando había peligro, sus familiares más próximos; es decir, Fátima, la hija de Mahoma, su yerno Alí y sus dos hijos, Hassan y Hussein; tal vez por esta razón, cuando se hace referencia a estos personajes, se habla de «los cuatro bajo el manto».

Pero el manto de color verde también lo lleva un caballero espiritual sufí conocido como Alkider, el Caballero Verde. Alkider habita en un lugar imposible de llegar que se encuentra en los confines del mundo, en un lugar en el que se tocan los océanos terrestres con los celestes. Pero, ¿Quién es el Caballero Verde y cuál es su origen?

Algunas tradiciones muy antiguas que se mezclan con la leyenda le atribuyen ser el hijo de Adán, que habría salvado del Diluvio el cadáver de su padre. Otras leyendas dicen que posiblemente nació en una gruta donde sobrevivió gracias a ser alimentado con la leche de un animal. ¿Qué animal? Tampoco está muy claro, hay quien habla de una loba y otros dicen que podría ser una osa o simplemente una cabra.

La realidad es que el Caballero Verde encarna la imagen de la providencia divina y se convierte en una especie de patrón o guerrero místico que se aparece ante los caminantes solitarios que buscan la espiritualidad. 

- Fuente: El Libro Negro del Islam, por Marcel Hassin

jueves, 12 de abril de 2012

Ángeles y Demonios en el Islam

Los ángeles, al igual que en otras religiones, revisten un papel importante en el Islam. Así, en el Corán leemos: 

El arcángel Miguel derrota a Satán
«Dios ha creado los ángeles, que no tienen sexo y están hechos de luz; por encima de ellos se encuentran los cuatro arcángeles: Jibrîl (Gabriel), mensajero de Dios, Mihâil (Miguel), que vela por la naturaleza, Isáfil, quien toca la trompeta del juicio, e Izrâfîil, el arcángel de la muerte; el hombre tiene dos ángeles guardianes, quizás confundidos con los dos "escribas" que ponen por escrito sus buenas y sus malas acciones; quedan todavía por señalar los dos ángeles de la tumba, Monkar y Nakîr; el ángel del paraíso, Ridwân y el del infierno, Mâlik. Entre estos ángeles, uno, Satán (ach-chaitân), llamado también Bilis, rehusó posternarse ante el primer hombre y fue arrojado del Paraíso; Ibllîs manda un ejército de demonios (chinn), creados antes que el hombre y hechos de fuego, que se mezclan en la vida de los hombres y que desempeñan una importante función en la creencia popular.»

Los ángeles desempeñan un papel muy importante en el libro coránico. El arcángel Gabriel, Jibrîl, sobresale especialmente por haber sido el ángel que colaboró con Mahoma en algunos momentos críticos de su misión profética. El arcángel Gabriel medió en la entrega de la Revelación de Dios a Mahoma. los ángeles son descritos como seres luminosos y, en el arte pictórico islámico, suelen representarse como figuras aladas suspendidas sobre la tierra.

El «Satanás» islámico, llamado Eblís (o tambien Ibllîs), surgió de entre los djinn o jinn, según se dice. La historia de Eblís dice que éste en un principio era aceptado por los ángeles y por Dios como una figura piadosa, pero se rebeló contra Dios en el momento de la creación de Adán. Cuando Dios así lo ordenó, los ángeles se postraron ante el ser humano recién creado, pero Eblís se negó y fue expulsado del Cielo. Entonces, Eblís juró dedicar su existencia a corromper a la Humanidad.

Fuente: El Libro Negro del Islam, por Marcel Hassin

miércoles, 11 de abril de 2012

El Corán

Imágen del Corán
Alqur ' an (el Corán) que significa «la lectura por excelencia» o «texto sagrado que se recita». El Corán es la reproducción de las palabras de Alá transmitidas oralmente al profeta Mahoma por el arcángel Gabriel. Para los musulmanes, el Corán no es una palabra humana, es la palabra misma de Dios, traída a los hombres por un enviado especial, un profeta.

El Corán fue escrito por el secretario de Mahoma, Said Ibn-Thabit, siendo reunificado por una comisión de acuerdo con el ejemplar original de Hafsa. Fue escrito en Quraix, que es la esencia de la lengua árabe, y permite a los árabes poder leerlo en sus diferentes dialectos. Quienes hablan el idioma árabe, lo leen y lo escriben, conservan el idioma del Corán que tuvo la virtud de aunar todos sus dialectos en una sola lengua rectora.

El Corán contiene en su interior creencias, mandamientos religiosos, las órdenes y las vedas éticas, la amonestación y la albricia (regalo que se otorga o solicita con motivo de un acontecimiento feliz), la disputa y la impugnación, anécdotas, legislación social, legislación política, legislación penal, legislación civil, legislación de guerra, exhortaciones y espiritualidades.

Fue impreso por primera vez en 1.485 y 1.499 en Venecia por Alejandro di Paganini. Traducido con anterioridad al latín en 1.143, en el convento francés de Cluny por Petrus Venerabilis. Habían trabajado durante dos años un alemán, Hermann von Dalmatien; un inglés, Robert of Retina y un monje hispano-árabe. Este trabajo fue impreso cuatrocientos años mas tarde por Teodoro Bibliander en Basilea.

La primera traducción a un idioma vivo no árabe la hizo Schweigger al alemán, en 1.616 en Nüremberg. La primera traducción al francés es de Sieur de Ryes y apareció en París en 1.647. La primera en inglés en 1.649 en Londres; sin embargo, el vicario de Colchester, Alexander Ross, no utilizó el modelo árabe, sino la traducción al francés de Ryes.

El original medinense del califa Osman todavía se conserva. Llegó a Constantinopla después de muchos rodeos. El gobierno turco se lo regaló al emperador alemán Guillermo II. Mas tarde, en el Tratado de Versalles, artículo 246, se pidió su devolución al que en aquel entonces era Rey de Heddschas, en La Meca.

Al igual que todo libro sagrado, el Corán tiene diferentes lecturas y su conocimiento depende de la iniciación interior del lector. Por otra parte, la lectura del Corán requiere una disposición interior, un lugar adecuado y estar mirando en dirección a La Meca.

El Corán retoma las historias de muchos de los personajes y eventos que aparecen en los libros sagrados de los judíos y los cristianos (la Torá, la Biblia) y la literatura devocional (los libros apócrifos y el Midrásh), aunque difiere en muchos detalles. Ciertos personajes bíblicos muy bien conocidos, como Adán, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Juan el Bautista y Jesús son mencionados en el Corán como Profetas del Islam; sin olvidar a la Virgen María (Maryam en árabe), madre de Jesús.

martes, 10 de abril de 2012

La Cábala

Árbol de la Vida
La palabra Cábala siginifica «lo recibido», especialmente la doctrina recibida por la tradición. Inicialmente se da este nombre a todo lo contenido en el Pentateuco. El Cristianismo primitivo también se ajustaba a esta tradición; sin embargo, la Cábala se convierte en una tendencia místico-teológica dentro del Judaísmo a partir del siglo XIII d.C. En esencia, la Cábala es un sistema de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento, que busca en la Torá (el Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia), el significado del mundo y la «verdad».

La Cábala se remonta a la época de Adán y es anterior al judaismo y a otras religiones..En la antigua literatura judaica, la Cábala o Qabbalah era el cuerpo total de la doctrina recibida, con excepción del Pentateuco. Así pues, incluía a los poetas y los hagiógrafos (escritores de la historia de las vidas de los santos) de las tradiciones orales incorporadas posteriormente a la Mishná (consolidación de la tradición oral judía).

Una de las fuentes más importantes de la Cábala es el Zóhar o Libro del Esplendor, escrito por Simeón Ben Yojai. La idea básica allí expuesta es que, del seno mismo de la Divinidad Oculta o Infinito (el Ain Sof), surgió un rayo de luz que dio origen a la Nada (Ain), identificada con una esfera (Sefirá) o región, que recibe el nombre de Kéter ("corona"). A partir de esta corona suprema de Dios emanan otras nueve esferas (las Sefirot). Estas diez esferas constituyen los distintos aspectos de Dios mediante los cuales éste se automanifiesta.

La Cábala ha estado siempre muy asociada con la magia, la astrología, la quiromancia, la numerología y otras artes ocultas. Así, su base principal es la permutación de letras y su interpretación. Existe un valor de los números y de las letras, su multiplicación y división es la base del trabajo de interpretación y lectura. En la permutación de letras, se sustituyen las letras de un determinado pasaje bíblico por las inmediatamente siguientes, o por las letras inmediatamente precedentes; a veces, incluso, se leen las últimas letras del alfabeto en lugar de las primeras. Todo ello, y muchas otras combinaciones, permite componer palabras que dan nuevos significados a los pasajes bíblicos. Así, el contenido de la Biblia se convierte en un libro aún sin descifrar, que continúa vivo y lleno de misterios por revelar.

domingo, 8 de abril de 2012

La Herejía Docética


La herejía docética toma este nombre de la raíz griega doketai, que significa "parecer". Es una doctrina aparecida a finales del siglo I de la Era Cristiana, que afirmaba que Cristo no había sufrido la crucifixión, ya que su cuerpo sólo era aparente y no real. Es esta idea la que el apóstol Juan quiere desestimar cuando escribe su primera Carta Universal. Incluso el filósofo gnóstico Basílides afirmó, para explicar el traslado de la cruz, que fue Simón de Cirene y no Cristo quien la cargó.

Cristo crucificado
La palabra Docetae, que se traduce mejor como "ilusionistas",  aparece por primera vez en una carta de Serapión, obispo de Antioquía (190-203 d.C.), a la comunidad de la Iglesia Católica de Rhossos, donde habían surgido problemas acerca de la lectura pública del Evangelio Apócrifo de Pedro, puesto que Serapión consideraba que ciertos pasajes del mencionado texto contradecían las enseñanzas correctas de la Iglesia. 

La herejía tiene su raíz en la influencia platónica, que afirma que son las ideas las únicas realidades y nuestro mundo es sólo un reflejo, una imagen; además, se nutría de la idea, hasta cierto punto generalizada en aquella época, de que la materia era corrupta, que el cuerpo es la cárcel del espíritu, como decían los griegos. La doctrina docética, enraizada también en el dualismo gnóstico, dividía tajantemente los conceptos de cuerpo y espíritu, atribuyendo todo lo temporal, ilusorio y corrupto al primero y todo lo eterno, real y perfecto al segundo; de ahí que sostuviera que el cuerpo de Cristo fue tan sólo una ilusión y que, de igual modo, su crucifixión no existió más que como mera apariencia. El Islam conserva también este punto de vista y sostiene que el cuerpo del profeta Isa (el nombre con que conocen a Jesucristo) sólo fue crucificado como una ilusión.

No obstante, el Docetismo no puede considerarse en absoluto como una herejía cristiana propiamente, ya que no surge en la Iglesia a partir de la incomprensión o el desconocimiento de un dogma de fe, siendo su orígen mas bien externo, a partir del principio gnóstico de antagonismo entre materia y espíritu.

Una antigua tradición identifica a Simón el Mago como como el primer gnóstico cristiano e iniciador de la llamada Herejía Docética, que renegaga acerca de la naturaleza y la persona de Cristo. Unos pocos años más tarde, surgió en Alejandría otro cristiano llamado Cerinto, quien por su parte negaba que Cristo hubiera venido en carne, y sostenía que su supuesta encarnación sólo fue aparente y no real. Ireneo, que vivió durante la segunda mitad del siglo II, hace resaltar que Juan escribió su Evangelio con el propósito específico de refutar los puntos de vista docetistas de Cerinto.

sábado, 7 de abril de 2012

El Evangelio de Pedro


El Evangelio de Pedro es un texto apócrifo, que se conoce sólo fragmentariamente, gracias a un manuscrito hallado en Egipto en el invierno de 1.886-87. Escrito en primera persona, el narrador se identifica como Simón Pedro, aunque los estudiosos actuales descartan que pudiera ser efectivamente escrito por el apóstol. Sólo se conserva de este relato la parte correspondiente a la Pasión y Resurrección de Cristo, con importantes diferencias con respecto a la narración de los Evangelios Canónicos. Aunque hay quienes retrotraen su fecha de composición hasta el año 70 d.C., con lo cual sería aproximadamente contemporáneo de los Evangelios Sinópticos, la mayor parte de los investigadores lo sitúan en la primera mitad del siglo II.

La primera referencia a este texto en los escritos del Cristianismo primitivo se encuentra en la "Historia Eclesiástica", de Eusebio de Cesarea, donde se cita una carta que Serapión, obispo de Antioquía entre 190 y 211 d.C., escribe a la comunidad cristiana de Rhossos, en Cilicia (Asia Menor). Del texto se deduce que en la comunidad de Rhossos se utilizaba un «evangelio atribuido a Pedro» y que Serapión consideraba que ciertos pasajes podían alentar la herejía docética, según la cual los padecimientos y la muerte de Cristo, en tanto que Dios, habían sido meramente aparentes, bien porque Jesús fuera enteramente divino y sólo había tomado apariencia humana, bien porque Jesús el hombre y el Cristo divino fueran entidades diferentes, que se habrían juntado en el momento del bautismo en el Jordán, y se habrían separado poco antes de la muerte de Jesús. Serapión niega que el evangelio haya podido ser escrito por el apóstol Pedro, extremo en el que coincide plenamente con los estudiosos actuales.

En el invierno de 1.886-87 fue hallado en el sepulcro de un monje cristiano en Ajmin, antigua Panópolis, en el Alto Egipto, un libro de pergamino de 66 páginas, datado alrededor del siglo VIII, que contiene fragmentos de varios textos apócrifos, entre los cuales se encuentra una copia fragmentaria del Evangelio de Pedro, en griego. El fragmento conservado es la narración del Juicio, Crucifixión y Resurrección de Jesús. No es posible saber si el Evangelio de Pedro original era o no más extenso que el fragmento que actualmente se conserva, pero el hecho es que comienza en mitad de una escena. Comienza así "...pero de entre los judíos nadie se lavó las manos, ni Herodes ni ninguno de sus jueces...", lo que implica una referencia anterior al conocido pasaje evangélico en que Pilatos se lava simbólicamente las manos (Mateo 27:24)  .

Con posterioridad al hallazgo del Manuscrito de Ajmin, se han encontrado tres breves fragmentos correspondientes a este evangelio. Uno de ellos procede aparentemente de una copia del siglo II, o principios del siglo III, y contiene la escena en que José de Arimatea solicita el cuerpo de Jesús para darle sepultura (versículos 23 y 24 del manuscrito de Ajmin). Los otros dos (muy breves) parecen referirse a conversaciones entre Jesús y Pedro, narradas en primera persona por este último. No se corresponden con el Manuscrito de Ajmin, y se discute si formaban o no parte del Evangelio de Pedro.

El relato de la Pasión de Cristo presenta importantes diferencias con respecto a los Evangelios Canónicos. Por una parte es Herodes, no Pilatos, el que ordena la ejecución de Jesús, y tanto el monarca como los jueces, incluyendo a todos los judíos, se niegan a declararse inocentes de la sangre de Jesús. En el relato de la Crucifixión se encuentran frases que pueden ser interpretadas desde el punto de vista del docetismo, como cuando se dice: "...mas él callaba como si no sintiera dolor alguno...", o, cuando, en el momento inmediatamente anterior a la muerte, Jesús grita: "¡Fuerza mía, fuerza mía, tú me has abandonado!", en lugar de "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Marcos 15:34).

Evangelio de Pedro
Tras la muerte de Jesús, el relato contínúa describiendo su sepultura por José de Arimatea. Cuenta en primera persona la aflicción de los discípulos. Como ocurre en el Evangelio de Mateo, los sacerdotes hebreos piden a Pilatos soldados para que vigilen la tumba. Indica detalles sobre estos soldados, como que el centurión se llamaba Petronio. La diferencia más importante con los Evangelios Canónicos, sin embargo, es que se relata la Resurrección de Jesús, de la que son testigos directos los guardias romanos y otras muchas personas que se habían congregado allí. Durante la noche, se escuchó «una gran voz en el cielo», se abrieron los cielos y bajaron de ellos dos varones en medio de un gran resplandor. La piedra que cerraba el sepulcro se retiró a un lado, y los dos varones entraron en él. Los guardias fueron a despertar a su centurión y cuando le estaban explicando lo que acababan de ver, ven salir del sepulcro a tres hombres, «dos de los cuales servían de apoyo a un tercero, y una cruz que iba en pos de ellos». Los tres son de gigantesca estatura. Se escucha una voz proveniente de los cielos, que pregunta: "¿Has predicado a los que duermen?" Y la cruz responde: "Sí".

Los testigos del acontecimiento relatan lo ocurrido a Pilatos, quien reitera la culpabilidad de los judíos. Estos le suplican que se guarde silencio sobre lo ocurrido, lo que el gobernador consiente. Al día siguiente, María Magdalena llegó al sepulcro, lo encontró vacío, con un joven vestido de blanco sentado sobre la sepultura, en un relato que tiene su paralelo en Mateo 28:1-8, aunque existen algunas diferencias entre las dos versiones. El manuscrito termina en medio de un relato que seguramente describía la aparición de Jesús a sus discípulos, en el versículo 60: "Yo, Simón Pedro, por mi parte, y Andrés, mi hermano, tomamos nuestras redes y nos dirigimos al mar, yendo en nuestra compañía Leví el de Alfeo, a quien el Señor...").

La mayor parte de los autores establece que este evangelio fue redactado hacia el año 150 d.C. Es con bastante seguridad posterior a los Evangelios Canónicos (finales del siglo I), y debió ser compuesto antes de la época de Serapión, quien lo menciona a comienzos del siglo III. Por otra parte, su antijudaísmo se relaciona con puntos de vista que se desarrollaron en círculos cristianos en el siglo II. Hay bastante coincidencia entre los estudiosos en pensar que el autor del Evangelio de Pedro conoció y utilizó como fuentes los Evangelios Sinópticos.

Es difícil extraer conclusiones sobre en qué comunidades (dejando aparte la de Rhossos, en Cilicia, mencionada en la carta de Serapión) se utilizó el Evangelio de Pedro. Sin embargo, Ehrman destaca que desde 1.880 se han encontrado tres manuscritos de los siglos II y III correspondientes a este evangelio, en tanto que sólo se ha hallado uno del Evangelio Canónico de Marcos. El hallazgo en 1.904 de un ostrakon o pieza de cerámica, del siglo VI o VII, en que se identifica a Pedro como evangelista, parece también un argumento a favor de una extensa difusión del Evangelio de Pedro.

- Fuente: Wikipedia. La enciclopedia libre