jueves, 5 de julio de 2012

El Cesaropapismo


Cesaropapismo es un término político y religioso referido a las relaciones entre Iglesia y Estado, que identifica o supone la unificación en una sola persona de los poderes político y religioso. El término fue creado por el célebre jurista alemán Justus H. Boehmer (1.674-1.749), con el que definía la obsesión por parte de la Iglesia oriental por obtener el poder absoluto en la tierra, algo que siglos después Karl Wittfogel, ya en el siglo XX, llamó "despotismo asiático" o "despotismo oriental" en el que explica que "la unión del poder civil y la Iglesia ha sido una constante durante décadas que ha facilitado el imperio del despotismo en la sociedad. El Estado se servía de la Iglesia para santificar sus actos y llamar a la obediencia de su mando, bajo el engaño de la «voluntad» de Dios, y la Iglesia se servía del Estado para obtener y aumentar sus ingresos y privilegios." Podemos decir que desde el siglo IX el Basileus (término griego para "rey" en el Imperio Bizantino) absorbe toda la autoridad y se transforma en el emperador que es a su vez rey y sacerdote, algo que va en contradicción con la formulación hecha siglos atrás por Flavio Josefo en referencia a lo que él denomina Teocracia, es decir el gobierno de Dios en la Tierra.

Coronación de Carlomagno

El Cesaropapismo en Occidente se inició cuando el Papa León III coronó a Carlomagno, rey de los francos y lombardos, y además, patricio de los romanos como Emperador del que será conocido como Imperio Carolingio (800-843), ocasionando dos efectos: el apoyo de la Iglesia al Estado y viceversa, el apoyo del Estado a la Iglesia, lo cual derivó en el Cesaropapismo, que sostenía la teoría del origen divino de los reyes y les daba poder absoluto sobre la religión y el gobierno a la misma vez. El emperador utilizaba todos los apelativos que suenen a descendiente de los emperadores romanos, se denominará augusto, rey de los romanos (y adquirirá un carácter sagrado, proclamándose Hijo adoptivo de Dios de quien recibe directamente el poder). Pero seguía siendo coronado por el Papa, aunque el emperador se considera el legítimo sucesor de Pedro. Posteriormente algunos emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, entre ellos Enrique III, Federico I y Federico II promovieron la idea de que el emperador es la cabeza visible de la Iglesia, y tiene en ella más autoridad que el Papa. El Cesaropapismo alcanza su cima con Enrique III (1.039-1.056). Este rey era un verdadero dispensador de cargos eclesiásticos y obligó al Papa Gregorio VI a convocar el Concilio de Pavía y el Sínodo de Sutri, en 1.046.

- Fuente: Wikipedia. La enciclopedia libre

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